Existen
desafíos constantes en las organizaciones:
Existe
normalmente cierta resistencia al cambio. El ser humano vive con confort en su
zona segura. Todo cambio fuera de esa zona lo pone ante una expectativa de
peligro.
Para
quebrar esa resistencia a cualquier cambio, hay que influir mucho en la persona
y ésta debe confiar en nosotros.
Es muy
recomendable ganar la confianza de las personas inmersas en el cambio. Esa
confianza se puede transformar en adhesión al cambio.
Ante
cualquier cambio, las personas sienten cierta ansiedad. Es conveniente minimizar
esa ansiedad, porque de lo contrario la adhesión no
ocurrirá.
Minimizada la ansiedad, influida la persona, es factible
lograr de ésta cierta cooperación.
Es muy
necesario fijar prioridades correctas, con el fin de no crear panoramas obscuros
o faltos de claridad entre los colaboradores.
PARTICIPAR EN EQUIPOS DURANTE EL
CAMBIO.
Durante
el periodo del cambio es muy recomendable:
Que
exista apoyo entre los integrantes. Así no se sentirán desprotegidos de la red
de su trabajo cotidiano.
Es
recomendable que reine el buen humor. El trabajar cosas nuevas nos puede poner
cierta tensión. El buen ambiente tiende a relajar dicha tensión y hace más
llevadera la nueva misión.
Al
trabajar en equipo, es recomendable que unos a otros suplan sus habilidades para
lograr una mejor eficiencia.
Aún en
los equipos es muy recomendable estimular la sana competencia entre sus
integrantes.
Aunque el propósito de lograr una
meta es incentivar la motivación de los integrantes, no olvide que se puede
pensar en pequeño y en grande. Es mejor pensar en grande, como un trampolín de
crecimiento de los integrantes