Cuando
un equipo está trabajando en varios proyecto simultáneamente es fácil que los
esfuerzos comiencen a dispersarse, que se dé prioridad a algunas tareas en
detrimento de otras –aunque todas sean igualmente importantes- y que cada
colaborador se dedique a lo que le sea solicitado de momento, con perjuicio
para aquellas cosas de las cuales no se hace seguimiento puntual. ¿Qué hacer en
estos casos? Aquí le damos tres ideas para ayudar a sus colaboradores a
enfocarse.
Lo
primero que debe hacer es asegurarse de ser
un referente para sus colaboradores. Esto quiere decir que cada vez que
ellos lo vean y escuchen usted les recuerde para dónde van.
Además,
usted puede ayudarles a organizar sus
prioridades. Usted no debe suponer que su equipo entiende la importancia
que cada proyecto tiene, parte de su trabajo es que ellos comprendan cómo
repercute en los resultados organizacionales el avance en cada uno de éstos.
En
tercer lugar, ofrecer retroalimentación constante.
Nuevamente, su equipo no puede adivinar si las tareas que realiza
diariamente tienen el impacto esperado. Usted puede estar muy ocupado y aun así
es necesario que encuentre los espacios adecuados para decirle a cada miembro
del equipo acerca de sus fortalezas y áreas de oportunidad, así como la manera
en que está contribuyendo efectivamente al logro de las metas propuestas.
Considere
que cuando su gente distrae la vista del punto que usted señala en el horizonte
no es porque no esté comprometida o sea apática, por el contrario, puede ser
que está distraída porque su enfoque mental está diluido en múltiples puntos
que se le han marcado en diferentes momentos y por diferentes personas. Algunas
veces, un directivo señala una cosa, el director de división pone otra en el
panorama y el jefe inmediato una más, y ninguno de los tres le muestra al
equipo la manera en que esos tres puntos se conectan, suman y apoyan entre sí,
allí puede estar la causa de que los colaboradores no encuentren un objetivo en
el cual concentrarse ni cómo atender a los múltiples requerimientos que les
hacen. Recuerde que la misión de un líder no sólo es mostrar la meta, sino
también acompañar al equipo a alcanzarla y para ello necesita marcar el rumbo,
detenerse de vez en cuando para asegurarse que todos tienen claro el destino y,
si hace falta, dar indicaciones para que todos sigan la senda marcada.
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