Mientras que el manejo de conflictos ha sido
durante mucho tiempo un tema popular, últimamente hay más interés sobre la
creación de un lugar de trabajo respetuoso y cortés.
Este mayor interés no es tan sorprendente cuando se
examinan las pruebas: Christine Pearson y Christine Porath han llevado a cabo
una amplia investigación sobre el alcance y el costo asociados a la falta de cortesía
en nuestros lugares de trabajo. Sus análisis indican que la falta de cortesía
en los espacios laborales se duplicó en un período de siete años; los datos más
recientes muestran que una de cada cuatro personas que trabajan en Norte
América es testigo de un acto de comportamiento irrespetuoso todos los días.
Lo que es más interesante acerca de sus hallazgos
es que las formas de comportamiento irrespetuoso que los trabajadores citan
podrían ser vistas como ‘intrascendentes’ para observadores externos. Un
ejemplo: no decir "gracias". Aunque algunas personas pueden
preguntarse si este tipo de sutilezas sociales todavía tiene un lugar en un
mundo de 140 caracteres, otra investigación llevada a cabo recientemente por
los profesores Adam Grant y Francesco Gino demuestra la importancia atemporal
de esta práctica.
¿Me ayudaría?
En su primer experimento, los participantes se
dividieron en dos grupos y se les pide que revisen una carta de presentación supuestamente
enviada por un estudiante universitario llamado ‘Eric’. Una vez que
terminaron, se les pidió que le escribieran al joven por correo electrónico,
para hacerle comentarios y sugerencias. Poco después, Eric se acercó a
cada uno de los participantes, una vez más, en busca de ayuda.
Sin embargo, en esta segunda ocasión se enviaron
dos correos electrónicos diferentes: en su nota al primer grupo, ‘Eric’
agradeció a los participantes por revisar su carta de presentación antes de
pedirles ayuda adicional. En el correo electrónico para el segundo grupo, ‘Eric’
no reconoció la ayuda recibida en relación con su carta de presentación y solo
procedió a una segunda solicitud.
Si Eric agradeció o no a los participantes tuvo un
impacto significativo en la voluntad de ayudar de estos. El efecto fue
sorprendente: el doble de personas (66%) que recibieron el agradecimiento de
Eric estuvieron dispuestas a ayudar una segunda vez, en comparación con aquellas
a quienes no dio las gracias (32%).
Lo que resultó especialmente interesante de esta
investigación fue el impacto que el comportamiento de Eric tuvo sobre las
futuras solicitudes de ayuda de otras personas. En un segundo
estudio, Grant y Gino presentaron al principio el mismo escenario. Una vez más,
a raíz de su respuesta, Eric envió una segunda nota a los participantes, a veces
diciendo "gracias", a veces no.
En este caso, el día posterior a recibir el correo electrónico
de seguimiento, los participantes recibieron una nueva petición de ayuda, esta
vez de un estudiante diferente en busca de comentarios sobre el contenido de su
carta de presentación. Las acciones de Eric afectaron significativamente
la voluntad de los participantes para ayudar a otra persona. De quienes
habían recibido el agradecimiento de Eric, el 55% estuvo de acuerdo en ayudar
al nuevo estudiante con su carta, mientras que sólo una cuarta parte de los participantes
del grupo que no recibió agradecimiento estaba dispuesta a ayudar a nuevos
estudiantes.
Cadena de favores
La evidencia anecdótica y científica sugiere que
nuestros lugares de trabajo son cada vez menos corteses. Como individuos,
podemos sentirnos abrumados y luchar para encontrar maneras de hacer las cosas
mejor. También podemos pensar que está fuera de nuestro ámbito de influencia,
ya que es parte de la cultura organizacional o social; esta creencia suele
ir acompañada de una fuerte sensación de derrota, ya que parece que el problema
es demasiado grande para resolverlo.
Sin embargo, la investigación anterior sugiere que
podemos ser más influyentes de lo que pensamos. Decir un simple
"gracias" en verdad puede afectar profundamente nuestra propia vida, así como la vida de los demás. Al igual que el ‘efecto mariposa’,
estas acciones se extienden por el mundo que nos rodea.
Para terminar, nos
gustaría decir "gracias" a los lectores de este artículo. Les
animamos a compartir, a continuación, sus historias personales y profesionales
que muestran el poder de decir (o no decir) "gracias".
Fuente: http://www.psychologytoday.com/
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