jueves, 29 de mayo de 2014

El liderazgo empieza en su escritorio



¿Ha tenido que acercarse a una persona para pedirle un documento y pasar de 10 a 15 minutos esperando a que revise su archivero, folios y cajones antes de localizar el papel solicitado?

Sabemos que hay cosas debemos hacer periódicamente: presentar un informe de resultados, viajar a las sucursales de la empresa, reunirnos con los socios, entre otras cosas. Entonces, ¿por qué no colaborar con lo inevitable? tal como postula Dale Carnegie en Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida. En vez de posponer de manera consciente lo que sabemos que se debe hacer de todas maneras, podemos encontrar el modo de hacernos más efectivos en la realización de esas tareas a fin de disponer de más tiempo para actividades que sean de mayor interés y agreguen valor a la dinámica organizacional, sumando a esto la imagen profesional que proyectamos al anticiparnos a aquellas cosas imprescindibles. Por ejemplo, respecto a los informes, el hecho de mantener actualizados y a mano los datos de mayor relevancia para nuestra posición ya es un acto que denota una visión clara de lo que se espera de nosotros y de nuestro aporte a los objetivos organizacionales. Esto es esencial porque, como lo menciona Peter Drucker en El ejecutivo eficaz, “los hechos exteriores rara vez aparecen registrados en cifras antes de que sea tarde para utilizarlos”. Del mismo modo, tener un plan de acción ante posibles situaciones conflictivas es algo que debe elaborar en su escritorio -estudiando con calma los recursos disponibles y las mejores soluciones-, no en medio de los ires y venires de un imprevisto.

Estos sencillos ejemplos sirven para ilustrar cómo el liderazgo empieza sentados en nuestro escritorio, diseñando y sistematizando nuestras labores cotidianas para hacerlas en el menor tiempo posible, con el mínimo esfuerzo y con la mayor calidad, porque “la eficacia es una hábito, una suma de acciones repetidas”, diría Drucker. Todas las acciones que usted despliegue en una conferencia, en la visita a un proveedor o a un cliente o en una junta de seguimiento es algo que previamente tuvo que estudiar y preparar sentado en su oficina: leyendo, redactando, analizando…, es decir, planeando. Una imagen que puede ayudarnos a darle la importancia necesaria a nuestras actividades de planeación y organización es vernos como estrategas militares, que antes de saltar al campo de batalla debemos calcular costos, beneficios, recursos y el mejor medio para lograr la victoria. De esa manera evitaremos retrasar o ejecutar con poca calidad aquello que sabemos que es parte ineludible de nuestras funciones.


Con estas ideas en mente, le invitamos a que conozca nuestra formación especializada para ayudarle a optimizar sus esfuerzos y obtener los resultados que su organización requiere. Visítenos en http://nuevoleon.dalecarnegie.com.mx/ 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por enriquecer nuestras publicaciones con su comentario.